EL MISTERIO DE LA ÚLTIMA PIEZA - CAPITULO XI

CAPÍTULO XI

LEYENDA O REALIDAD

¡Pero cómo sois tan listos!

Nos estáis ayudando tanto que os vamos tener que dar un trofeo,

de hecho lo vamos a hacer ahora mismo, 

porque sois unos campeones.

Nos habéis enseñado que:

• El rio que pasa por Salamanca es el Tormes
• El astronauta está en la fachada de la Catedral
• El aparato por el que hablaba Snail Holmes era un megáfono, que sirve para aumentar el volumen de la voz, ¡y vaya que si la aumenta!, todavía deben están “pitándoles los oídos” a los salmantinos con los gritos que dio Snail. (Suponemos que sabéis qué es un salmantino, ¿O no?).

Pero lo más importante es que nos habéis dicho a dónde debemos ir para seguir la pista a los extraños y que los dulces que están buscando son las Yemas de Santa Teresa, así que sin perder más tiempo saltamos al sidecar, arrancamos y nos pusimos en marcha, pero no sin antes esperar unos minutos, en los que Snail estuvo metido en su concha, hasta que salió diciendo, con la voz nasal que ya conocíamos:

- Tomen la autopista A-50, dirección a Ávila, durante 109 km.

El viaje se nos pasó volando, teníamos muchas ganas de llegar para ver si por fin dábamos alcance a los extraños y para probar las yemas, porque con tanta investigación casi no nos daba tiempo ni a comer.

En algo más de una hora nos encontramos con una ciudad rodeada por una gran muralla, era Ávila, seguro que en su interior descubriríamos cosas interesantes, aunque lo primero que teníamos que hacer era abrigarnos porque hacía bastante frío, más tarde nos enteramos que eso se debía a que es la ciudad más alta de toda España, está a muchos metros sobre el nivel del mar (¿Sabéis a cuantos? ¿Y a cuántos está Oviedo?).

Snail comentó:

- Esta muralla es de estilo románico, su altura debe rondar los 12 m y está rodeando toda la ciudad, seguro que tiene varias puertas (¿Sabéis cuantas?), debemos encontrar una para entrar.

Después de ponernos la ropa de abrigo, empezamos a rodear la muralla hasta que encontramos una de esas puertas por la que entramos y comenzamos a callejear.

Nos entramos con una Oficina de información turística. En estas oficinas, que hay en muchas ciudades y pueblos, nos pueden informar sobre qué ver, a dónde ir o qué hacer. Nos pareció buena idea entrar, quizás pudiesen ayudarnos.

- Buenos días

- Buenos días, verá estamos realizando una investigación para encontrar una pieza que nos ha desaparecido, estamos siguiendo a unos extraños que pueden ser los que se la llevaron y creemos que pueden estar por aquí.

- Por aquí pasan muchos extraños que vienen a visitar nuestros monumentos, como tenemos tan bien conservado nuestro casco histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad. Aquí pueden ver obras de nuestros orígenes romanos, como la calzada, la muralla, los mosaicos; pasando por los Visigodos, que antes del 687, entre otras cosas, hicieron un monasterio, que curiosamente era mixto, de mojas y monjes, nuestra época musulmana o la reconquista y así hasta nuestros días.

Sacó un plano de la ciudad y continuó hablando:

- Los lugares imprescindibles que todos los turistas visitan son:

- La muralla, por la que pueden hacer una paseo.

- La catedral, que fue construida con dos funciones, como templo religioso y como fortaleza defensiva y sobre la que hay una leyenda muy interesante.

- La plaza del Mercado Chico

- El mirador de los cuatro postes, que está situado al lado izquierdo del río (no nos dijo que río, (¿Cuál será?), sobre el que hay una leyenda, otra de las muchas que hay en Ávila, (¿Conocéis alguna?).

- El Convento de Santa Teresa

Snail Holmes, parecía que se estaba impacientando, sus cuernos estaban moviéndose sin parar, pero cuando oyó “Santa Teresa”, dijo:

- Un momento, no continúe usted, ¿ha dicho “Santa Teresa”? ¿Ese no es el nombre de un dulce?

- Por supuesto que sí, las Yemas de Santa Teresa o Yemas de Ávila, son unos dulces típicos de aquí, no dejen de probarlas.

Snail dijo:

- Muchas gracias, no hace falta que nos dé más información – cogió el plano – vámonos.

Acto seguido salió de la oficina y aunque estábamos muy interesados en todo lo que nos estaba contando, no nos quedó más remedio que seguirle.

Una vez en la calle empezó a estudiar el mapa.

- Debemos encontrar el Convento de Santa Teresa, los extraños posiblemente hayan ido allí a buscar las yemas.

Por qué se llamarán Yemas de Santa Teresa y desde cuándo se fabricarán ¿Nos lo sabríais decir?

Siguiendo la ruta que nos indicaba el plano fuimos en busca del convento.

Cuando ya habíamos recorrido unas cuantas calles llegamos a una iglesia, delante de la cual había un letrero que explicaba: Este es el Convento-iglesia construido sobre la casa natal de Santa Teresa de Jesús. Lo habíamos encontrado, nos hubiese gustado visitarlo pero Snail solo estaba interesado en encontrar pistas y nos pidió que buscásemos las yemas, lo que no nos disgustó porque estábamos deseando probarlas.

Miramos por todas las esquinas pero no había ni rastro, ¡ni rastro de las yemas, pero sí de los extraños!, había un pequeño rastro de harina de maíz alrededor del convento que luego se alejaba por una de las calles, habían estado allí, seguramente habían ido a buscar las yemas a otro sitio, no podíamos perder ni  un minuto, debíamos seguir el rastro de harina y eso hicimos.

Recorrimos la calle en la que había el rastro de harina hasta que llegamos a una plaza, miramos en todas dirección a ver si veíamos a los extraños, pero lo único que vimos fue una confitería que tenía sus escaparates llenos de bandejas con…

¡¡¡YEMAS DE ÁVILA!!!

¡¡¡QUE GANAS DE PROBARLAS!!!

¿Estarían allí los extraños?, rápidamente entramos.

-Buenos días, señora repostera, disculpe usted, estamos buscando a unos extraños que creemos que pueden haber estado aquí hace poco.

- Por aquí  pasan extraños constantemente, ¿me pueden dar alguna pista sobre ellos?

- Pues no mucho, sabemos que están realizando un viaje desde Asturias y por alguna razón, que desconocemos, de vez en cuando dejan un rastro de harina de maíz.

- ¿Harina de maíz? – la repostera se quedó pensando un rato – recuerdo que hace unas horas unos extraños, antes de entrar aquí a comprar yemas, apoyaron un saco en la entrada que perdía harina, lo sé porque tuve que barrer la entrada cuando se fueron.

- ¿No sabrá hacía donde se dirigían?

- Algo mencionaron sobre ir a buscar un pasadizo secreto que hay en uno de los monumentos de Ávila, por el que salir rápidamente de la ciudad, tenían prisa por ir a buscar dulces a otra ciudad, porque, aunque las yemas les parecieron exquisitas, estaban buscando otro tipo de dulces, en concreto unos con diferentes figuras, que además de  azúcar y huevos, también llevan almendra. Se fueron rápidamente, eso sí, recuerdo que uno de ellos iba protestando por algo relacionado con el queso.

- Muchas gracias, le estamos muy agradecidos, nos llevaremos una caja de yemas.

Salimos en busca de ese pasadizo, pero lo primero que hicimos fue abrir la caja de yemas, ¡que ricas!, ¡lástima haber cogido solo una caja!.

Snail dijo:

- Hay que encontrar ese pasadizo secreto, también debemos averiguar que dulces están buscando y a que ciudad se dirigen. Vamos a descansar un rato mientras hago algunas averiguaciones y vosotros en lugar de daros un atracón de yemas poneros a investigar también - sin decir ni otra palabra desapareció en su concha- 

Nosotros como somos “algo” obedientes vamos a investigar, pero nos comeremos todas las yemas, jeje.

Y como la mejor manera que tenemos de hacer averiguaciones es pediros vuestra ayuda, pues… por favor:

¿Sabéis si hay un pasadizo secreto en Ávila o será una leyenda?

¿Qué dulce se hace con almendras, huevos y azúcar

y tiene forma de figuritas?

¿Hay alguna ciudad próxima a Ávila donde podamos 

encontrar ese dulce?