13 de abril de 2020

EL MISTERIO DE LA ÚLTIMA PIEZA - CAPITULO XII


CAPÍTULO XII

 ¿IREMOS BIEN POR AQUÍ?

Algunos de vosotros fuisteis tan rápidos contestando que casi antes de acabar las yemas ya estábamos picando en la concha de Snail Holmes.

Toc, toc, toc

Los cuernos de Snail aparecieron

-¿Qué queréis?

- Tenemos una pista que podría servirnos

- Decidme

- Hay una leyenda que dice que hay un pasadizo que comunica secretamente los edificios de la Catedral y el Palacio Episcopal, que se usó para facilitar la entrada de soldados, hasta el siglo XVII, cuando la catedral también servía como fortaleza.

- Pues si servía para entrar, también debe servir para salir, debemos ir en su búsqueda

Entro de nuevo en su concha y salió con el plano de la ciudad.
 
- Dirijámonos a la Catedral, hay que ir por esa calle.

Echamos a andar hasta que la encontramos, pero una vez allí teníamos que buscar el pasadizo, Snail volvió a meterse en su concha, tardo un ratito en volver a asomar sus cuernos y cuando lo hizo dijo:

- He estado mirando la leyenda, debemos entrar y dirigirnos a la cabecera del edificio, no perdamos tiempo.


Una vez allí empezamos a buscar y debajo de unas capillas encontramos el pasadizo, nos metimos dentro y empezamos a recorrerlo en busca de los extraños o alguna pista de ellos, pero llegamos al final sin encontrar nada, estábamos un poco desanimados hasta que Snail nos dijo:

- Aunque aquí no hemos encontrado nada debemos de mantener el ánimo.

- Podemos dirigirnos hacia Toledo, porque unos cuantos amigos nos han dicho que allí hay unos dulces hechos de azúcar, huevos y almendra, que se llaman mazapanes.

- Muy buena idea, seguro que van hacía allí, si nos damos prisa,  puede que les demos alcance por el camino – de repente cambió su voz - Seguir durante 131 km la carretera N-403.

Arrancamos a toda pastilla, llevábamos unos 60 km, ya habíamos pasado hacía un rato una localidad llamada El Tiemblo, cuando a lo lejos, en lo alto de un cerro, se veían unas figuras, ¿Serían nuestros extraños?, debíamos ir a averiguarlo, así que tomamos un desvío hacia allí.
 
Cuando llegamos nos encontramos con cuatro figuras de gratino que parecían toros, eran muy grandes, medían más de 2 m. y en dos de ellas había escritos en latín. 

Desde luego no eran los extraños,  pero ¿Qué serían esas figuras? ¿Cuál será su nombre y el de este cerro?.

Buscamos pistas por los alrededores, pero solo vimos un cartel que mencionaba títulos de libros en los que se mencionaban estos toros, por ejemplo en El Quijote (Suponemos que sabéis de qué libro os hablamos, ¿o no?).

- No han estado aquí volvamos a la carretera – dijo Snail -

Volvíamos rumbo a la carretera, cuando vimos lo que parecía una cañada, por la que claramente se veía que habían pasado animales, (¿Qué cañada será esta? ¿Desde dónde vendrá y a dónde irá?), Snail nos mandó detenernos, le obedecimos inmediatamente.

- Llevamos desde Oviedo siguiendo a los extraños por carretera y siempre van más adelantados que nosotros, no será que ellos van tomado caminos o atajos, tal vez hayan seguido su viaje por esta cañada.

Se bajó del sidecar y comenzó a mirar las huellas que había allí, que eran muchas, muchas, muchas (¿Qué animales pasarán por aquí?).

De repente grito:

- Aquí hay una pista, mirad.

Corrimos hacia él y en efecto se podían distinguir varias huellas iguales a las de uno de los extraños, pero no se apreciaba si seguían por la cañada o iban de regreso a la carretera.

- No estaba claro por dónde debíamos seguir - dijo Snail - 

- ¿Qué hacemos, Sr Snail? ¿Habrán ido por aquí los extraños? ¿Llegaremos a Toledo si seguirnos esta cañada? 

- Basta de preguntas, creo que debemos arriesgarnos y seguir la cañada.

Pues nos arriesgaremos, esperamos  no equivocarnos (Pero si vosotros pensáis que estamos equivocándonos y que por aquí no vamos a llegar a Toledo, por favor avisarnos y volveremos a la carretera).

Sin mas demora nos metimos por la cañada.

Íbamos dando vueltas y más vueltas, a veces no sabíamos si estábamos aun por ella o si nos habíamos metido por algún otro camino, cuando de repente, nos encontramos en un lugar que parecía mágico, lleno de fantasía,  era como un bosque o un jardín botánico, tenía como laberintos, había centenares de plantas de todo el mundo y lo más asombroso estaba lleno de esculturas hechas con vegetales.
¡SI CON VEGETALES!. 


 

No sabíamos dónde estábamos, si Toledo estaría cerca o si deberíamos dar la vuelta, así que mientras esperábamos vuestra ayuda, aprovecharíamos para dar un paseo por este lugar encantado y disfrutar de sus esculturas.

(Y a ver si alguien nos puede decir el lugar encantado en el que nos encontramos, que estamos un poco perdidos)





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos dejas un comentario lo tendremos en cuenta