ACTIVIDAD: “ENREDA EL CUENTO"
Consiste en enredar el cuento de “Tana la castañera”.
Tenéis que leer el cuento y después podéis cambiar en él las palabras que
queráis para crear una nueva historia.
El cuento lo podéis leer en el panel de la entrada, recogerlo impreso en
la biblioteca, leerlo aquí o pedir que se os envíe a vuestro email.
Una vez lo hayáis cambiado podéis entregarlo en la Biblioteca o mandarlo al email de Pulpi
pulpi@baudilioarce.com
TANA
LA CASTAÑERA
Érase una vez una castañera que se
llamaba Tana y era muy buena.
Los
niños la querían mucho porque cuando no tenían dinero, la castañera les
regalaba castañas y porque sabía explicar unos cuentos estupendos.
Cuando
Tana les narraba un cuento, ellos cerraban los ojos y todo parecía de verdad.
Tana
esperaba con alegría la llegada del otoño, cuando las hojas de los árboles se
vuelven de color oro, el viento sopla fuerte y las hojas bailan alocadas en los
campos. Entonces Tana se vestía de castañera: con falda acampanada, blusa
ajustada y pañuelo en la cabeza. Se sentaba en su silla y comenzaba a asar castañas.
Las
asaba lentamente dejando un delicioso olor a su alrededor.
-
Castañas, castañas asadas - vociferaba
Tana
Al
anochecer cuando el frío comenzaba a ser más intenso volvía a su casa, y
preparaba las castañas para el día siguiente.
Tana
esperaba con impaciencia el Día de Todos los Santos porque en esas fechas
vendía muchísimas castañas, pero unos días antes de la fiesta una señora
extraña y con cara de enfadada entró en la casa de Tana. Era otra castañera,
una señora triste y malhumorada que tenía envidia de
Tana
porque a ella los niños no le compraban castañas ni le ofrecían sus sonrisas.
La castañera le robó todas las castañas a Tana y se marchó corriendo.
Tana
estaba muy triste, lloró y lloró hasta que se quedó dormida. Al día siguiente,
los niños camino a la escuela fueron a comprar castañas, y al no ver a Tana,
fueron corriendo a su casa. La encontraron llorando y muerta de frío. Al
enterarse sobre lo que había pasado, rompieron sus huchas, juntaron el dinero y le compraron un saco entero de
castañas.
Ella
emocionada les decía - Sois los niños más maravillosos
del mundo-.
Mientras
tanto, la castañera envidiosa asaba las castañas robadas, que comenzaron a
saltar y a explotar haciendo un ruido horroroso.
-
Esto es un castigo por haber asado las castañas y haber tenido envidia-, se dijo y fue a pedir perdón a Tana,
que la perdonó y desde entonces fueron buenas amigas.
Los
niños decidieron entonces comprar también a ella las castañas y compartir sus
sonrisas y desde entonces nunca estuvo triste.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si nos dejas un comentario lo tendremos en cuenta